Zumthor cita una frase que me pareció muy interesante en Atmosferas y es lo que una vez Platón dijo: “beauty is in the eye of the beholder”, la belleza está en el ojo que la mira, esta frase en específico me hizo pensar en que la belleza es algo muy subjetivo, algo puede ser bello para alguien pero para otra persona puede ser algo completamente repulsivo. Es todo cuestión de opiniones, de experiencias vividas, de gustos, cosas muy propias de una persona, aquello que quizá hace único un objeto, algo que lo hace ser considerado como “bello” puede causar dolor a alguien ya que le recuerda la muerte de un familiar cercano o una época difícil en su vida. Esto sucede no sólo con la belleza, sino con cualquier sentimiento que algo pueda despertar, es algo que, en lo personal, considero muy difícil de manejar o de encerrar en una pequeña caja, sí, quizá es poco probable que algo hecho muy finamente y con texturas suaves evoque sentimientos como odio o rencor, pero como he dicho antes, depende del ojo que lo mire o de la mano que lo toque  ya que esa misma textura suave puede despertar esos sentimientos un poco contradictorios a lo que en un principio que quiso plasmar o se quiso hacer sentir.

En Atmosferas, Zumthor expresa como considera que los puntos que abordó en su exposición son muy subjetivos y se basan en su pensamiento y sentimientos, en su forma de ver el espacio y a la arquitectura, sin embargo me encuentro compartiendo muchas de las cosas que él expresó ahí, lo cual me lleva a otro punto y es que si bien es cierto cada persona tiene distintas formas de sentir, muchas veces son parecidas a las de otra persona, es decir, algo que para mí es alegría para otra persona puede ser risa o algún otro sinónimo, porque quizá en algún momento tuvieron experiencias parecidas o simplemente porque el objeto no da para sentir más que eso, pero ¿Cuál es la verdadera posibilidad que todas las personas sientan lo mismo al ver algo específico si ninguna piensa igual? muy pequeña en mi opinión.

En conclusión, los sentimientos son algo muy subjetivo, muy específico de una persona, muy únicos, no es lo mismo decir que un objeto representa cierto sentimiento y se le da alguna explicación racional de por qué significa eso, a decir que un objeto te hace sentir algo específico y único, por ejemplo, decir que un peso representa culpa porque ésta agacha y actúa como un peso en la consciencia de la persona no es lo mismo a decir que este objeto evoca culpa en esta persona porque le recuerda la vez que arruinó algún florero de su abuelita.